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Epitafios de Matemáticos

En la historia son muchos los epitafios que son célebres, y por supuesto, los matemáticos no somos una excepción. En este post vamos a hacer un pequeño recorrido por los más interesantes y llamativos.

En primer lugar, vamos a hablar de Arquímedes. Ya no quedan restos de ella, pero se dice que en su tumba había tallado un dibujo de una esfera contenida dentro de un cilindro. Esto se debe a que fue el propio Arquímedes el que demostró que el volumen de una esfera corresponde a dos terceras partes del cilindro con el mismo radio y altura.

esfera contenida cilindro

Pero esta no es la única tumba de la Antigua Grecia de la que vamos a hablar, también está la del más grande algebrista de su época: Diofanto. En su tumba pone lo siguiente

¡Caminante! Aquí yacen los restos de Diofanto. Los números pueden mostrar, ¡oh maravilla! la duración de su vida, cuya sexta parte fuera niño. Añadiendo un doceavo, las mejillas tuvieron la primera barba. Le encendió el fuego nupcial después de un séptimo, y en el quinto año después de la boda le concedió un hijo. Pero ¡ay!, niño tardío y desgraciado, en la mitad de la medida de la vida de su padre, lo arrebató la helada tumba. Después de consolar su pena en cuatro años con esta ciencia del cálculo, llegó al término de su vida.

Con estos datos, resolviendo la ecuación que se enuncia, podemos concluir que Diofanto vivió 84 años.

Otro epitafio célebre es el protagonizado por Jakob Bernoulli. En su tumba aparece una espiral equiangular, que él mismo estudió en profundidad, y la frase “Aunque cambiado resurgiré” (Eadem mutata resurgo).

espiral

Su hermano Johann Bernoulli, tampoco se quedó atrás y mandó a escribir en su tumba “Aquí yace el Arquímedes de su tiempo”. Como podemos observar, Johann no era demasiado modesto.

Por otro lado, en la tumba de Isaac Newton, uno de los mejores matemáticos y físicos que ha existido, aparece la fórmula de uno de sus resultados más célebres: el Binomio que lleva su nombre.

Otro mensajes interesantes son los que nos dejaron René Descartes, “Está disfrutando de la Verdad que persiguió durante toda su vida”; Paul Erdös, “Por fin ya no me vuelvo más y más estúpido”; y Évariste Galois, “Sin saber aún si la pasión es racional o irracional, pero con la certeza de que has sentido y has vivido”.

Curiosa es también la tumba de Ludolf van Ceulen, matemático alemán que halló los 35 primeros decimales de Pi, en la que aparece grabado dicho número. Como curiosidad, cabe destacar que al número Pi se le conoció durante muchos años como “número ludalfiano”.

Por último mi favorito, el de David Hilbert (del que ya hablamos de su hotel infinito). En su tumba se puede leer “Wir müssen wissen, wir werden wissen”, que significa “Debemos saber, sabremos”.tumba hilbert

Todos tenemos la capacidad decir y defender una gran frase en vida, pero estas son las cosas que hacen que seamos conscientes de la dificultad que representa elegir el mensaje que queremos que hable por nosotros durante el resto de la humanidad.

Hay muchísimos más epitafios interesantes, pero hemos resaltado los que más nos han gustado. ¿Compartes alguno con nosotros?

@JcVirin

4 Comments

  1. Joaquín 12 julio, 2013
    • Jose Carlos Gamez 12 julio, 2013
  2. Judith 31 octubre, 2013
    • Jose Carlos Gamez 31 octubre, 2013

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